La Ciencia Espiritual es un camino para acercarse a una espiritualidad profundamente transformadora, guiada por un pensamiento científico. Es un puente que une lo eterno con lo actual, integrando las verdades universales con los avances del conocimiento humano.

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No es un conjunto de creencias rígidas, teorías simplistas o promesas vacías. Tampoco implica aceptar ideas sin cuestionarlas. Es una manera de explorar quiénes somos, el sentido de nuestra existencia y cómo transformar nuestra vida, utilizando herramientas que integran lógica y conocimiento espiritual tradicional.

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¿Cómo saber si algo es Ciencia Espiritual?

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 Para que algo sea realmente Ciencia Espiritual (y no solo un nombre atractivo para el marketing), es necesario que cumpla con principios fundamentales que garanticen coherencia, profundidad y autenticidad.

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1. Tener una base coherente y lógica
   Si una idea no puede comprobarse científicamente, debe, al menos, tener sentido lógico y no contradecir lo que ya sabemos sobre la realidad.

2. Aprender del conocimiento científico disponible
   La Ciencia Espiritual aprende de la psicología, la filosofía, la física y otras ciencias para entender mejor lo que somos y el mundo en el que vivimos.

3. Reconocer que hay símbolos, no dogmas
   Muchas ideas espirituales no son literales, sino símbolos que nos ayudan a entender realidades más profundas. Estos símbolos están vivos: pueden cambiar y enriquecerse con el tiempo.

4. Distinguir lo visible de lo invisible
   Hay una parte de la realidad que podemos ver y medir, como el cuerpo y la materia, y otra que es más sutil, como las emociones, los pensamientos o el espíritu. Ambas son igual de importantes y necesitan enfoques diferentes para ser comprendidas.

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Lo que NO es Ciencia Espiritual

• No son creencias mágicas que prometen soluciones rápidas.

• No es una mezcla superficial de conceptos que suenan bien, pero carecen de profundidad.

• No se contradice con la ciencia moderna ni impone dogmas cerrados.

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